28 Abr Encanto: Mitos familiares, secretos, trauma y su transmisión transgeneracional.
Película de animación 3D estadounidense Disney Animation Studios y Pixar. 2021.
Encanto es la historia de los Madrigal, una familia que vive en un pueblo ficticio llamado Encanto, oculto en las montañas de los Andes colombianos.
Su ambientación está inspirada en los paisajes del eje cafetero y también en la selva tropical del noroeste colombiano fronterizo con Panamá, que es una de las regiones de mayor pluviosidad y eco diversidad del planeta. Con referencias a Macondo y al realismo mágico de Gabriel García Márquez, incorpora mucho de la cultura, de las tradiciones, de la gente, la flora y fauna de muchas regiones del país. Es una película linda, colorida y entretenida. Una hora y cincuenta minutos que se pasan volando. Su contagiosa música, que contiene lo más variado y lo mejor del folklore colombiano, es obra del autor Lin Manuel Miranda, quien estuvo trabajando en su creación desde 2016. Sus directores son Byron Howard, Jared Bush y Charise Castro Smith como co- directora.
La familia Madrigal habita una casa mágica, y Alma, la fundadora de esta familia ha mantenido encendida durante cincuenta años una vela cuya luz no debe apagarse nunca. Toda la familia cuida la luz mágica de esta vela, que ha dotado de poderes mágicos a cada uno de sus miembros.
Es interesante poder mirar la escenificación y el argumento para pensar en conceptos de las teorías familiares, como los mitos y los secretos, el trauma y la transmisión transgeneracional de este.
Los mitos tienen una estructura simbólica y pueden representar el origen de una situación determinante para el presente y el futuro de una familia.
Los secretos familiares son información que se reprime y se oculta hasta llegar a ser parte del inconsciente familiar. Cuando hay situaciones que no pueden ser procesadas psíquicamente, se transmiten a la generación siguiente como procesos identificación inconscientes.
Las reglas en una estructura familiar rígida son acuerdos relacionales destinados a limitar conductas de los miembros de la familia con el objeto de mantener una estabilidad en el sistema. No se pueden contravenir estas reglas sin el riesgo de ser excluidos, o expulsados del círculo familiar.
(A estas alturas en que ya todo el mundo ha visto la película, me arriesgo un poco menos a ser una “maldita spoiler”).
El origen de esta historia se remonta a la guerra civil colombiana de comienzos del siglo XX. Alma y Pedro huyen de los horrores de la guerra, la violencia y la muerte. Pero Pedro muere asesinado y Alma se queda sola con sus pequeños trillizos. Debe reconstruir su hogar conservando siempre la luz de la vela mágica .
Después del inmenso trauma sufrido, y para sobrevivir en un ambiente machista y hostil, esta joven viuda debe “reconstruirse”, sacando fuerzas de donde se pueda. Desde el punto de vista psicológico, su propio “Self” se debió reconstruir desde las cenizas, endureciéndose y adquiriendo rigidez para negar el dolor y la desolación. Así se fue acorazando su carácter y también se fue rigidificando la estructura familiar, se fueron creando los secretos (no se habla de Bruno), los mitos (los dones y poderes mágicos), las designaciones inconscientes. Así una hija debe ser fuerte, otra debe ser perfecta, todos deben ser especiales, deben tener dones mágicos y si alguien como Mirabel no tiene ningún don, corre el riesgo de ser despreciada, desvalorizada, designada como la diferente.
También debe haber alguien designado como el contenedor de todo lo malo, un chivo expiatorio, alguien que representa el que hace todo mal, en una lógica binaria, para que los demás queden a salvo y puedan representar todo lo bueno y puro. Si en una familia esto de las designaciones inconscientes se da de manera inflexible, puede producir mucho daño y puede llegar a ser muy negativo para el funcionamiento familiar.
La falsedad de toda esta construcción familiar la ve solamente el innombrable Bruno, quien ha sido rechazado, expulsado, condenado al aislamiento. Debe desaparecer porque su don de profeta constituye peligro y amenaza. Bruno es quien tiene la capacidad de ver las grietas de toda esa estructura ficticia. Mirabel también en un momento es capaz de ver como la casa se resquebraja. La manera como es tratado Bruno nos recuerda como en muchas familias se oculta al que es designado como enfermo mental, no se habla de él, muchas veces por la incomodidad que representa quien es capaz de visualizar la verdad contenida en el traje nuevo del emperador.
Pero por mucho que se quiera ocultar la verdad, por ejemplo en este caso, por la imposibilidad de Alma de elaborar el duelo traumático, negando y olvidando el miedo, el horror, o la culpa o la vergüenza por desvelar algo intolerable, igual es posible que el dolor se transmita de forma inconsciente a los descendientes, y es posible que un miembro de la siguiente generación empiece a manifestar síntomas en apariencia incomprensibles, que no sabe de dónde vienen, y que pueden estar representando un acontecimiento significativo trágico oculto, que se ha transmitido transgeneracionalmente.
Después del desastre en el que toda la gran casa se viene abajo, cuando se llega a reconocer la tragedia original, es posible sin embargo que se de inicio a la reconstrucción.
En la película esto se logra, se reconstruye la casa, se reorganiza la familia, en medio de un ambiente grupal colaborativo, musical, colorido y alegre; con intención integradora de los familiares expulsados, todo el pueblo ayuda en la tarea de reconstruir, y por fin se permiten y se aceptan los defectos y las debilidades. Muy Disney, pero muy verdadero.
“Lo que es callado en la primera generación, la segunda lo lleva en el cuerpo” Françoise Dolto.