Conoce la experiencia de Diego Almarza, egresado del postítulo en Psicoterapia Psicoanalítica de la Corporación Salvador (2017-2019)

Conoce la experiencia de Diego Almarza, egresado del postítulo en Psicoterapia Psicoanalítica de la Corporación Salvador (2017-2019)

“Yo recomiendo mucho el postítulo, y eso es muy genuino y real, porque para mí fue un cambio significativo, hubo un antes y un después en mi carrera profesional, fue un hito muy importante. Lo primero que le diría a una persona que está pensando en postular al postítulo es que una de sus mayores particularidades o sellos es que uno aprende a través de la experiencia. Muchas veces la clínica, el psicoanálisis o la teoría, son muy abstractas y cuesta aterrizarlas en lo práctico. El postítulo permite observar casos en espejo, ver un proceso de principio a fin. Uno de sus sellos particulares, y por qué lo recomiendo, es que uno aprende mucho a través de la experiencia”.

“Además, en mi caso, fue una puerta de entrada al mundo de la clínica. Cuando uno es psicólogo y quiere dedicarse a la clínica o a la salud mental,  muchas veces uno no sabe cómo partir, por dónde partir, y una forma de poder entrar al mundo de la clínica es a través de alguna formación. El postítulo cumple con ser esa entrada porque te da las herramientas, y además conoces a otras personas que están en la misma que tú, ya sea trabajando como psicólogos o recién comenzando”. 

Al egresar de la universidad, Diego comenzó a trabajar en el área de recursos humanos de un banco. “Si bien esa fue una buena experiencia, me di cuenta de que en realidad quería dedicarme a la clínica”, explica. “Cuando uno sale de la universidad, creo que uno no sabe bien cómo hacer clínica, cómo hacer terapia. Eso solo se puede desarrollar con la formación, con la práctica, con ver muchos pacientes, con supervisar, es decir, con todos los dispositivos que el postítulo te entrega”. 

“Otra característica o elemento que considero que es muy valioso del postítulo es el nivel de docentes o profesores que tiene. Primero, son generosos con sus conocimientos, saben mucho y no se guardan nada. Son profesionales con mucha experiencia, han visto a muchos pacientes. Uno los admira y aprende mucho de ellos. Y además son cercanos, cada uno en su estilo”.

“Algo que destaco es que, por ejemplo, después de las sesiones de espejo hay una discusión en torno al caso y eso también era muy valioso. Además, te vas nutriendo de las distintas miradas. Cuando teníamos esas sesiones, los profesores ya estaban en la Corporación desde temprano, los podías ver leyendo y estudiando. Te das cuenta de que son docentes que están actualizándose todo el tiempo, cuestionando los modelos para llegar a la comprensión más amplia para ayudar a los pacientes, eso inspira y te hace tomar el peso de la formación.

Luego de cursar el postítulo, Diego ha continuado vinculado a la Corporación Salvador como terapeuta del consultorio. “Hay profesionales que, luego de egresados, emigran y siguen otros caminos, pero yo he seguido hasta el día de hoy vinculado con la Corporación. Por otro lado, hacer clínica es un trabajo muy solitario, pero estudiar y trabajar aquí te permite generar amistades y redes, contactos con quienes trabajar, derivar”.

“Este es un programa riguroso, se aprende mucho. Trabajas la capacidad de buscar varias posibilidades y perspectivas o puntos de vista para comprender a los pacientes. Una mente más sana es una mente que tiene más perspectivas, más miradas sobre los fenómenos, Creo que al final el postítulo te permite eso, desarrollar tu propia mente”.

Más información sobre el postítulo aquí.



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